domingo, 27 de febrero de 2011


Capitulo 21

Cuando los novios llegaron mi amo se le quedo viendo a Quiteria lentamente y dijo que nunca había visto a una mujer tan bella sin contar a Dulcinea. Ya se me había olvidado esa mujer, llevaba ratos sin mencionarla por dicha y gracias a Dios. Cuando los novios iban entrando llego el hombre de bajos recursos quien estaba enamorado de la novia y le dijo que si no se casaba con él se iba a matar, minutos después saco una espada de su bastón y se la clavo “lo que es el amor”. Cuando llego el cura a darle las bendiciones Basilio afirmo que no quería bendiciones sino que quería casarse con Quiteria. Todos aceptaron incluso el novio Camacho, el cual pienso yo que no estaba verdaderamente enamorada para dejar su novia así de fácil. Cuando Basilio y Quiteria se iban a casar in extremis Basilio dijo que nunca se enterró una espada sino que era un truco, nadie lo podía creer, hasta iban a cancelar la boda, pero Quiteria alzo la voz y dijo que se continuara. Me parece que lo que hizo Basilio fue un peccata minuta pero a veces uno los tiene que cometer para conseguir lo que uno quiere. Al final nos fuimos todos juntos incluso los recién casados a la aldea.

Capitulo 22

Fuimos a la casa de Basilio donde nos hospedamos 3 días, pero ya saben no era nada lujoso porque este hombre era de muy bajos recursos. Mi amo quería ir a unas cuevas, así que le pidió a uno de los estudiantes que le consiguiera a algún hombre hombre que lo pudiese acompañar. El estudiante dijo que su primo las conocía muy bien y que él lo podía acompañar. Pasaron la noche en la aldea, al día siguiente don Quijote compro 100 brazas de cuerda para así poder escalar o bajar la cueva. Nos fuimos rumbo a las cuevas de Montesinos donde el guía les dijo que leía cuentos de caballería, lo cual le agrado a mi amo. Cuando llegamos a las cuevas estaban atando fuertemente a don Quijote para que pudiera bajar la cueva, ojala tuviera brazos para ir a amarrarlo bien suave y que se caiga y así ser libre y no tener que alzar a ningún gordo nunca más, seria la vida perfecta andaría libre por el campo, comería zacate todo el día y me enamoraría de la yegua más hermosa del mundo ojala una Paulina Rubio. Cuando mi amo empezó a deslizarse sobre la cueva, cuando llego se soltó de las brazas, Sancho y el guía le seguían dando cuerda a don Quijote pensando que el seguía bajando, cuando se les acabo esperaron un rato pero nada paso, entonces subieron toda la cuerda pero no sintieron peso así que sospecharon algo, pero minutos después vieron a don Quijote el problema era que estaba dormido. Cuando ese vagabundo se despertó lo subimos, y nos empezó a contar lo que le había pasado allá abajo pero como acostumbra a mentir nadie le creyó.

Capitulo 22

Mi amo empezó a contarnos lo que le paso allá abajo ¡que bárbaro y que hombre más mentiroso, no lo podía creer! Nos conto que había visto a al primo y a un amigo de Montesinos quien fue encantado por un mago y ahora estaba en un sepulcro a pura carne y huesos, solo con eso me di cuenta que estaba mintiendo. Luego nos conto que vio a la famosa Dulcinea que había mencionado en la boda con dos damas. Sancho no pudo aguantar la risa que yo creo que casi se muere riéndose. Como don Quijote se dio cuenta que nadie le creía dijo que todo esto lo iba a demostrar.

Capitulo 23

Al fin nos fuimos de esas cuevas, que de hecho no veía ni papa. De camino vimos a un hombre cargado de lanzas. Nada raro antes de toda aventura siempre nos topamos a alguien y ese alguien es el que inicia la aventura, así que sin tener que adivinarlo acá inicia otra aventura. El hombre le dijo a mi amo que si quería saber que iba a hacer que lo siguiera y el le contaba en el camino. Yo estaba que me dormida y mi estomago sonaba como si me estuviera “tirando tufos”. Antes de que escureciera llegamos a una venta, y ahí pasamos la noche

domingo, 20 de febrero de 2011


Capitulo 19

Luego de unos inolvidables días donde comí como un rey y descanse como un vagabundo volvimos a la calle, pero como ya todos saben todo lo bueno…tiene que acabar (que lastima). Cuando salimos a la calle nos topamos con dos estudiantes quienes nos invitaron a la boda de un señor apellido Camacho. Nos contaron también que había una dama muy hermosa cuyo nombre no recuerdo muy bien ya que era muy extraño, “carambolas” me están pegando duro los años, si ahora q no estoy tan viejo mi memoria esta malísima, ni me quiero imaginar cuando llegue a los cincuentas. Escuche algo de que esta hermosa mujer estaba enamorada de un hombre llamado Basilio pero sin embargo no el padre de la dama no la dejaba estar con Basilio porque él era de muy bajos recursos, no puedo decir nada de esto porque soy un caballo y no se mucho acerca del amor solo espero el día en el que llegue la yegua más bella de todo el mundo y casarme con ella, solo que no se en donde le meteré el anillo porque no tienen dedos. En el camino hacia la boda el par de estudiantes que majaderos que eran solo pelear y pelear. Cuando llegamos se oía buena la fiesta, pero mi amo es tan extraño que se negó a entrar a la fiesta y pasar la noche afuera, es que de verdad que hay personas raras en este mundo y dentro de esas don Quijote. Pero en fin no me afecto porque de lo más seguro no me dejaban a mi entrar, como siempre discriminación.

Capitulo 20

A la mañana siguiente, vi a don Quijote levantándose muy temprano, quien observaba a Sancho muy a menudo y hablaba acerca del sueño. Cuando Sancho se levanto le llego un olor a comida, y como buen gordo siguió ese olor buscando comida. Sancho llego a la cocina del lugar donde le pregunto al chef si podía agarrar comida, y el chef muy gentilmente le dijo que con todo gusto podía agarrar todo lo que quisiera y así fue. A como paso la noche Sancho y mi amo se quedaron hablando, no tengo idea de que decían puesto que no me interesaba.

domingo, 13 de febrero de 2011


Capitulo 16

Un nuevo día…una nueva historia que contar. Íbamos siguiendo el camino, y como siempre yo iba cargando a mi amo, ese hombre estaba más gordo que nunca, cada vez pesaba más! Debería de cargarme a mí a ver si baja unos kilitos. En vez yo bien apuesto como siempre y con mi hermoso cabello, mis ojos bien grandes y negros, y sin dudar mis músculos bien marcados y sexys. A lo largo del camino vimos un hombre montado en una yegua, y como siempre don Quijote interesado en saber quién es. Rápidamente nos acercamos al y mi amo le hablo, el señor dijo llamarse don Diego de Miranda. A como seguían el camino si iban conociendo, don Quijote le ofreció seguir el camino juntos. Don Quijote le fue hablando acerca de sus aventuras, y como siempre lo creyeron loco. Don Diego iba algo triste, se notaba en su rostro. Mi amo le pregunto que si algo le pasaba, y él le conto que no estaba muy feliz ya que su hijo estaba estudiando leyes en la universidad de Salamanca, pero de un momento a otro cambio de parecer y dejo la universidad y se intereso en la poesía. Don Quijote lo trato de animar y le dijo que no tenía que estorbar en los sueños de su hijo, él señor lo considero y le dio la razón al gordo de mi amo. Vimos venir un carro lleno de banderas reales, y con verle la cara de mi amo, vi notar una nueva idea y una aventura que está por comenzar.

Capitulo 17

Sancho se atraso un poco, porque les compro queso a unos vendedores. Ese hombre si que no se cansa de comer, por dicha no me toca llevarlo y le toca al burro porque si no estuviera aquí. Sancho coloco un poco de queso en la celada de don Quijote, luego se coloco la celada y con ese enorme sol que pegaba el queso se derritió poco a poco que mi amo pensó q era sudor, pero después seguro le llego ese olor a queso, entonces se quito la celada y vio todo el queso derretido. Don Quijote le hecho la culpa a los encantadores del carro. Mi amo estaba muy enfadado tanto que le pregunto a los encantadores que era lo que traía en su carruaje, el encantador dijo que traía dos leones para el rey. Le dijo al hombre que abriera la jaula que quería luchar contra ellos. Yo estaba más asustando que un chiquito de un payaso, al igual que sancho nos movimos unos cuantos pasos atrás. Cuando el señor abrió la jaula los leones volvieron a ver a don Quijote y luego se acostaron a dormir. Mi amo se quería hacer famoso y le dijo a los encantadores que les contara a todo el mundo lo sucedido ¡Que hombre! Sin dudar una cualidad de este hombre es que es valiente, lástima que huele a queso JAJA.

Capitulo 18

No teníamos donde dormir ni comida, así que muy generosamente don Diego nos invito a quedarnos uno días en su casa. Era una hermosa casa pero lo mejor de todo fue la comida, me alimentaron como un rey. Comí tanto que ese cuerpo musculoso y sexy que tenia se me fue. Como no podía entrar a la casa porque soy un caballo me llevaron al establo que quedaba justo a la par de la casa, donde podía ver todo lo que sucedía dentro de la casa por la ventana. Al día siguiente vi a mi amo conversando con el hijo de don Diego, Lorenzo. No se dé que tanto hablaron pero seguro Lorenzo pensó que estaba loco, como todos. El siguiente día don Quijote decidió que era hora de marchar y dijo que un caballero no podía pasar mucho tiempo sin tener una aventura. Lo más triste de todo era que no iba a poder comer tan rico y estoy seguro que Sancho pensaba lo mismo