domingo, 13 de junio de 2010

27-32

Capitulo 27:

El cura, el barbero, y sancho se vistieron con lo mejor que tenía para irle a darle un mensaje de su amada Dulcinea. Quien sabe que sería lo mejor q tenían, seguro era una cochinada. Bueno en fin sanchito se fue en busca de Don Quijote, mientras tanto el otro par de hombres se quedaron ahí vagueándolo, mientras tanto yo me fui comer de un pasto que había ahí por una finca. Cuando volví de comer un hombre se estaba acercando al barbero y al cura. Que susto me pegue pensé que se los iban a robar. Me acerque rápidamente, era Cardenio. Aparentemente mis ojos me estaban fallando. Cardenio termino su historia, y lo que entendí fue lo siguiente: Ese hombre Fernando separo a Luscinada del pobre Cardenio y que Luscinada menciono que si no cancelaba la boda antes de aceptar el matrimonio ella misma iba a matarse. Eso me pareció muy raro, lo ignore y me fui a comer más pasto. Pero luego escuche a alguien llorar.

Capitulo 28:

Fuimos en busca del ser que estaba llorando, no estaba muy largo ya que se oía cerca. Era una dama la que estaba llorando. A esta que le habrá pasado? Habrá sido por otra historia de amor? Y así fue según lo que escuche fue debido a que un tal Don Fernando supongo que es el mismo de la historia de Cardenio se iba a casar con esta dama que se llamaba Dorotea pero lamentablemente la dejo plantada. HUEH! Que hombre más malo, primero arruina un matrimonio que nisiqueira era del él y luego deja plantada a su novio, eso sí que no es ser un hombre. Después a unos días nos enteramos que Don Fernando se iba a casar con Luscinada pero que antitos de casarse esta mujer se desmayo y en alguna parte de su vestido encontraron una carta donde decía que amaba a Cardenio. Don Fernando se puso celoso y se desespero estuvo a segundos de matar a Luscinada pero los invitados no lo dejaron, desde ese momento no volvimos a saber más de ninguno de los dos-

Capitulo 29

Al final Cardenio se topa con Dorotea y le dice que el no va a dormir hasta que se case con Don Fernando. Después de un rato salió Sancho el gordito y dijo que mi amo había aparecido tirado, sin ropa, y casi muerto así como yo. Don Quijote si me da lástima siempre le pasa algo malo sino es que lo atacan es que le roban y si no es que le roban es que esta tirado muerto de hambre, y desnudo así como esta vez. Sancho agrego algo, dijo que Don Quijote no iba a presenciarse ante Dulcinea hasta q se convirtiera en un verdadero caballero. Este hombre si sigue de necio, que le hará pensar q será un caballero? En fin sancho creó un plan y era así: el plan era que Dorotea se hiciera pasar por la princesa Micomicona, para así ir a buscar a Don Quijote y que matara a un gigante. Don Quijote acepto. Que tonto que es mi amo se la creyó. Vistieron a mi amo, y me pusieron unas cosas rarísimas encima, entre ellas la montadura. Cuando nos topamos con el resto Cardenio, el cura, y el barbero disimularon un encuentro de casualidad. Se fueron todos juntos a matar al supuesto gigante, en el camino el barbero y el cura le contaron a mi amo que mientras nos vestían a nosotros ellos andaban cobrando unos impuestos pero en el camino unos ladrones se los robaron. Don Quijote se quedo silenciosamente ya que Don Quijote había sido el torpe que los había soltado.

Capitulo 30

Estábamos caminando como siempre todos hablando y yo pensando. Como a los diez minutos del comentario del cura sobre los galeotes, Sancho tuvo que hablar. Era muy obvio que el gordo de Sancho hablaría, dijo que mi amo había sido quien libero a los galeotes. Pero mi amo de manera audaz dijo que su labor como caballero era ayudar a los desgraciados y no descubrir si sus penas son falsas o verdaderas. Dorotea noto en la cara de mi amo un poco de estrés o de rabia, entonces decidió contarle su historia, bueno la de la reina esa. Ella era hija del rey Tinacrio y de la reina Jaramilla. El rey sentía que el gigante Pandafilando quería casarse con ella. Ella al no querer casarse con él, huyo en busca de un caballero que lo matase y se casase con ella. Me da lástima esta historia. El gigante está enamorado de ella, y este al ser diferente no podrá casarse con ella. No me gusta como las personas apartan a lo que consideran diferentes. Mi amo al oír esto le dijo a Sancho de inmediato. Este se puso muy feliz al fin tendrían un reino al cual mandar. Pero mi amo le dijo que no porque él estaba enamorado de dulcinea. Me parece muy buena esa decisión y aun así tendré un poco de acción en unos días. Sancho se enfado y empezó a gritarle a mi amo, le decía que Dulcinea no lo merecía y cosas así. A lo lejos venia un hombre sobre un burro igual al de Sancho, este al verlo empezó a gritar como loco. El hombre se asusto de tal manera que se bajo y salió corriendo. Mi amo igual le dijo que le daría 3 burros más. Al rato de silencio, don quijote le dijo a sancho que le contara lo sucedido en el viaje a casa de dulcinea….

Capitulo 31

Sancho se encontró solo frente a esa pregunta, no tenia palabras. Yo me sentía muy feliz y tenía muchas ganas de reírme. Pero no se de que manera alguna clase de fuerza lo ayudo y le dejo las palabras en la boca, empezó a decir una historia. La historia iba más o menos así, el llego adonde Dulcinea y le dio la carta. Ella la rompió porque no sabía leer y dijo que necesitaba de la presencia de Don Quijote. Vi como mi amo empezaba a dudar. No sabía si ir adonde Dulcinea o hacia donde el gigante. Pero Sancho le dijo que fuera primero adonde el gigante, una idea muy buena ya que necesito acción para poder continuar.

Capitulo 32

En el camino nos topamos con una venta. En esta venta estaban los típicos ocupantes de ellas: el cura, el ventero y otra gente ahí. Estos estaban discutiendo sobre libros de caballerías. El cura decía que estos libros no eran más que invenciones de una persona que solo servía para entretener. Los otros decían que eran historias verdaderas que habían sucedido en el tiempo y en el lugar que decía en el libro. Luego el cura dijo que todos esos libros debían ser quemados. En la venta había aparecido una maleta en la cual habían tres libros, entre esos libros había una novela escrita en muy buena letra la cual se llamaba: el curioso impertinente. El cura la leyó en voz alta…